La traductora e intérprete Estefanía Rubio nos cuenta cómo es brindar servicios de traducción e interpretación para la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), el principal órgano de derechos humanos de las Américas, junto con la Corte Interamericana de Derechos Humanos.
Creada en 1959, la CIDH es un órgano autónomo de la Organización de los Estados Americanos (OEA) con sede en Washington D.C. Su misión es promover y proteger los derechos humanos en el continente americano, en especial, los de las poblaciones y comunidades históricamente discriminadas.
¿Qué se traduce?
La CIDH produce una amplia variedad de documentos que apoyan su labor de prevención, protección y promoción. Muchos de ellos son informes, que se publican en español y en inglés, y, a veces, también en portugués. Pueden ser de distintos tipos:
temáticos, los cuales abordan un área de derechos en particular, por ejemplo, derechos sindicales y laborales, personas LGBTI+, libertad de expresión, etc.;
de país, que describen la situación de derechos humanos en un país de la región y suelen hacer especial énfasis en el acceso que tienen a esos derechos las diferentes poblaciones históricamente discriminadas;
de casos, que pueden ser de dos tipos:
a. de admisibilidad, los cuales se aprueban cuando una petición satisface los requisitos de admisibilidad; si es así, la petición se convierte en un caso e ingresa en la etapa de fondo;
b. de fondo, los cuales recopilan todos los hechos de un caso y presentan el análisis de derecho que lleva a cabo la CIDH para determinar si los hechos configuran violaciones de derechos humanos.
Además de los informes, también se traducen documentos más breves, como acuerdos de soluciones amistosas y medidas cautelares.
Algunos de los retos de la traducción
El derecho comparado
Debido a la gran variedad de países que integran la OEA, existen, muy a menudo, problemas de equivalencias entre los sistemas procesales basados en el derecho anglosajón (Common Law) y los que parten del derecho romano. Un ejemplo clásico es el “recurso de casación”. A grandes rasgos, se trata de un recurso extraordinario, propio de los sistemas jurídicos de América Latina y Europa, que se debe presentar ante el tribunal de mayor jerarquía para solicitar la anulación de una sentencia. A través de este recurso, el tribunal superior examina cómo han aplicado el derecho los tribunales inferiores.
En el sistema anglosajón, existen alternativas que no son exactamente iguales, ya sea por el fuero en el que se presentan o por quiénes las pueden aplicar. Por lo tanto, para “recurso de casación” en una traducción al inglés, se prefiere la fórmula cassation appeal, tal como se observa en los informes publicados de la CIDH.
Asimismo, los sistemas latinoamericanos difieren mucho de un país a otro. En Colombia, la Fiscalía General de la Nación está compuesta por distintos órganos, entre los que está la Procuraduría General de la Nación, que investiga a quienes ejercen la función pública. En este caso, optar por Office of the Attorney General no funcionaría. Una alternativa más precisa es Office of the Inspector General, que es la versión propuesta en el sitio de la FGN de Colombia.
Terminología
Como en todo organismo internacional, hay términos cuya traducción ya está establecida. Pueden ser propios del campo de los derechos humanos, como “indivisibilidad de los derechos humanos”, “interseccionalidad”, “los DESCA”, “regresividad” y “progresividad”, o propios de la Comisión, como “relatoría temática”, “informes de fondo”, “opinión consultiva”, entre otros.
Intratextualidad e intertextualidad
Los informes por traducir suelen incluir muchas referencias intratextuales (lo que implica que hay que ser congruentes dentro de un mismo texto), así como citas textuales y no textuales de resoluciones de Naciones Unidas, tratados y convenciones internacionales, opiniones consultivas y sentencias de la Corte. Casi siempre, ya existen traducciones oficiales, que se deben respetar.
Las citas suelen ser fáciles de identificar, aunque puede haber reformulaciones o recortes. Hay que prestar especial atención. No se puede simplemente copiar y pegar.
Qué se interpreta
La CIDH es un órgano colegiado, integrado por siete personas comisionadas de distintos países, que en calidad de especialistas, atienden cuestiones referentes a los 35 Estados Miembros de la OEA. Por todo esto, la interpretación es una necesidad frecuente. Estos son los principales foros en los que se necesitan intérpretes:
Reuniones ejecutivas y sesiones internas, en las que la Comisión se reúne de forma privada o con los diferentes equipos de trabajo; allí planifican, debaten y toman decisiones.
Reuniones con Estados, con organizaciones de la sociedad civil, con representantes de organismos internacionales.
Reuniones de trabajo, en las que se les da la posibilidad a víctimas y a Estados de ofrecer información adicional y alcanzar acuerdos.
Audiencias públicas durante los períodos de sesiones de la CIDH.
Los desafíos de interpretar para la CIDH
La complejidad de algunas temáticas
Como se mencionó antes, la terminología siempre se debe respetar. No hay excepciones. A esto se le suma la complejidad discursiva que caracteriza a algunas de las reuniones de la CIDH. La capacidad de procesamiento del cerebro se ve particularmente desafiada en las audiencias y reuniones en las que se abordan las diferentes etapas procesales de un caso o se debate sobre el fondo de una cuestión.
El componente emocional
Interpretar sobre violaciones graves de derechos humanos puede ser una experiencia muy movilizante. Reproducir la voz de las víctimas no es una tarea fácil. Hay que comunicar tanto lo verbal como lo no verbal, sin dejar que las emociones nos abrumen.
Retos clásicos: velocidad y virtualidad
A los desafíos particulares de interpretar para la CIDH, se agrega la velocidad con la que se suelen expresar quienes participan en las reuniones, sobre todo, cuando las intervenciones están limitadas por tiempo.
Además, en la modalidad remota, se presentan los retos propios de la virtualidad: puede haber problemas de sonido y de conectividad. Por ejemplo, esto es frecuente cuando participan representantes de pueblos indígenas que viven en zonas remotas, lejos de los centros urbanos.
Lecciones aprendidas
Este un proyecto exigente pero muy reconfortante. Para que todo salga bien, el trabajo en equipo es condición sine qua non. En el proceso de traducción, trabajan traductores, correctores y una revisora de contenido, especialista en derechos humanos. La versión final de un documento, así como los cambios que pueda sugerir la CIDH, se comparten con todo el equipo.
En la cabina, siempre se trabaja de a dos y, cuando hay varios pares de idiomas, el equipo de intérpretes está en contacto para asistirse. El relé no es usual, pero cuando se usa, el trabajo de la cabina pivot impacta en el de las demás cabinas. En estos casos, la coordinación entre cabinas marca la diferencia.
A modo de conclusión, como dice Celeste Sudera, intérprete del equipo, cada encargo es “una experiencia de aprendizaje profesional y personal, y una nueva oportunidad para combinar profesión y convicciones”.
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