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¿Por qué paramos?

Hoy queremos hablar, en primera persona, de la importancia del descanso, consolidado como derecho en la Declaración Universal de Derechos Humanos y ratificado con el derecho a la desconexión de la regulación sobre el teletrabajo (decreto No. 27/2021).

Motas y yo, por María Raffo

Estaba exhausta. Venía atravesando varios meses de decisiones muy difíciles. Era principios de mes. Sabía que ese día debía enviar una factura a un cliente así que, como la tenía armada, con una sola mano, escribí el correo y la mandé. No dormía hacía semanas. Tenía muchos proyectos activos con entregas en los próximos días. La primera reunión laboral era en cinco minutos. La segunda reunión del día era con una de las terapeutas de mi hijo, dos horas después. La enfermedad que venía consumiendo sin piedad a mi perra, mi compañera de 14 años, decidió dar su golpe final esa mismísima mañana. En mis brazos.


Días después, Juana, con un plan preparado y con la confianza que nos tenemos, dijo: necesito parar. Ante esta noticia, respondí, simplemente: agradezco la idea y el plan B, pero yo también necesito parar. Así, tomamos la difícil, pero necesaria decisión de hacer algo por nuestro bienestar. Conscientes de que podían bajar las métricas de Tradoctas, nuestra presencia… y que podríamos sentir el famoso “miedo de quedarse afuera”, paramos toda actividad empresarial en medios sociales.


El bienestar en el mundo empresarial

Sabemos que no somos las únicas personas que necesitan parar en tiempos de agobio y que no siempre todo debe continuar como si nada. Sobre todo cuando lo cierto es que pasó mucho. No verlo, no hablar de eso, va en contra de lo que queremos como personas para nosotras mismas, de lo que queremos como profesionales y del ejemplo que yo, Lía, quiero darle a mi equipo como líder de una empresa. Una vez una colega me dijo que una de las mejores características de Tradoctas como empresa es que su líder hace lo que dice (pueden chequearlo en mis recomendaciones de LinkedIn). Realmente, sentí mucha alegría de que eso se note.


Pero, ¿por qué no somos las únicas que necesitamos parar?

En Tradoctas, una empresa liderada por una mujer y conformada en su mayoría por mujeres, tenemos en cuenta que la sobrecarga de responsabilidades suele desencadenar en agotamiento físico y mental. Además, según las estadísticas, las cuidadoras en la Argentina son mayoritariamente mujeres: alrededor de tres millones de argentinas se desempeñan en este rubro. Según estudios de la Organización Internacional del Trabajo, de ese total, 9 de cada 10 realizan estos trabajos de cuidado de forma no remunerada.


En Argentina, casi 3 millones de mujeres trabajan en los sectores del cuidado. De ese total, 9 de cada 10, realizan estas tareas sin remuneración y dedican el doble de tiempo que los varones.

Entonces: te levantás a la mañana, preparás el desayuno para tu familia, ponés un lavarropas y salís a trabajar. Quizás, en la informalidad. Luego, alguien tiene que pasar a buscar a hijes de la escuela, llevarles a sus actividades extracurriculares, cocinar la cena y reiniciar el día con las preocupaciones y la carga mental de las responsabilidades de todos los ámbitos sociales. Las consecuencias se palpan física, económica y psicológicamente.


Además de la necesidad de políticas públicas que contemplen los cuidados desde una perspectiva integral y de género, como el proyecto de ley Cuidar en Igualdad, el autocuidado es una estrategia viable desde el ámbito personal para resguardar el bienestar individual.


En los Estados Unidos, Adobe fue calificada como la empresa con trabajadores más felices. Entre sus políticas, la compañía otorgó horarios de trabajo flexibles para adaptarse a las responsabilidades de les cuidadores.


Lo urgente y lo importante

Desde hace un tiempo, en la firma al pie que uso en mis correos electrónicos, dejo el mensaje: “Mi tipo de trabajo es remoto en el sistema horario del meridiano de Greenwich -3 (GMT -3) y mi horario laboral puede no coincidir con el tuyo. Si al recibir este correo no estás trabajando, no te sientas en la obligación de responder de manera inmediata”. Todas las personas necesitamos un momento para nosotras y tenemos el derecho a elegir cuándo es ese momento, más allá de las presiones externas. No todo es urgente ni todas las personas en una empresa, o en una familia, nos encargamos de todo.


Las pausas no son sinónimo de improductividad y pérdida. Por ejemplo, si bien las métricas de Tradoctas crecieron sostenidamente en redes sociales, sobre todo en Instagram con los nuevos contenidos que creamos para reels, el descanso que tomamos no supuso una pérdida de seguidores ni una baja en las estadísticas. A veces, el qué decir también implica reconocer los límites propios y tomar un descanso para pensar estrategias que puedan sostenerse en el tiempo sin caer en el agobio.


Trabajar mejor

Podemos delegarnos tareas sin comprometer nuestros objetivos. Eso, evidentemente, significa tener el mismo sentido de responsabilidad frente a las tareas cotidianas, optimizado para priorizar nuestras tareas en función de nuestro bienestar, con un óptimo concepto de la productividad: no necesariamente trabajar más, sino trabajar mejor.

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